lunes, 15 de febrero de 2010

Murillo
Degas

Monet

Murillo

Murillo

Poemario Dzunum II

Canción de Amor

Voy a llevar mi amor al infinito
a la región del sueño de los sueños,
donde se vuelven realidad los mitos,
donde moran los muertos.

Voy a llorar pues dolerá tu ausencia
y si me toca de morada el cielo,
mis lágrimas verás entre el rocío,
de las flores del huerto.

Quieres venir conmigo y lo comprendo
pero tendrás que mantenerte viva
para que nuestro amor
siga viviendo.

Para que no me olvides vida mía
te dejo esta canción de amor eterno.

Volveremos a vernos
amor mío
cuando vuelva a formarse
el universo.

Dzunum

Sólo un Verso Pequeño.

Sólo un verso pequeño
escribir quiero.

Llenar el breve espacio
que eslabona
el canto de los gallos,
con el primer destello
de la aurora.

Una mañana más
en otro enero.

Una noche pasada
que agoniza,
con las heridas
de la luz del cielo.

Dzunum

Celo de Amar

¿Por qué no lo insinuaste o lo dijiste?
Ya los años, se fueron
Y aquel amor tan grande,
(que sintiera),
y la esperanza, y la ilusión,
¡Murieron!

¡Y ahora me haces saber que me quisiste!

¿Disfrutaste ocultando sentimientos?
¡Yo te amé y lloré cuando te fuiste! Si de veras me amaste,

¡Gracias por el amor que no me diste!

Dzunum


Llevar el Pensamiento

Llevar el pensamiento
a la nostalgia,
por los albores
de la vida breve,

¡Sacros momentos
que la mente abraza!
Cristalinos grabados
del recuerdo.

Asir las ilusiones
infantiles
y llevarlas al sueño
 reflejadas
en cristalinas cuentas
de colores
que guardaba
debajo de la almohada.

Despertar en la nada,
sin el aliento
de la fantasía,
deseando del amor
 una migaja
y una gota de vida.

Dzunum

En la Playa

Antes de que el sol caiga
en el océano
quiero verte en la playa.

¡Figura desolada
que amo tanto!

¡Cuántas veces
perdida en lontananza,
sin que te dieras cuenta,
te he mirado!
Algo poético
tu alma encierra,
tu alma tan sencilla
como el viento,
y es que el viento
es poesía
y tú, el poema
dentro de mi pecho.

¿Dónde estaremos
cuando pase el tiempo?

¡Polvo de estrella!

Cayendo el sol,
¿pensaste en un deseo?

Ven a mis brazos
que la bruma es fría
y se ha perdido el cielo.

Dzunum
 
Las Nubes
Absorto contemplaba
las nubes desplazándose en el viento:
las nubes eran grises , eran blancas
y otras gris, casi negro.

También algunas nubes sonrosadas,
surgieron a lo lejos
porque la luz del sol agonizaba
en la meta del cielo.

(Viajaban hacia oriente,
lo recuerdo)

Las grises, las rosadas y las blancas,
con el viento se fueron.

Las nubes casi negras, se quedaron
compadeciendo mi jardín sediento
y desgajándose relampagueantes,
generosas cayeron.

Dzunum.

El Aroma del Cedro

No todo se ha perdido,
queda el cedro
resistiendo el flagelo
del invierno.

Quedan los esqueletos
de las hojas,
que jóvenes lucieron.

Oigo el crujir
(bajo mi paso incierto)
de los frágiles huesos
que lozanasy verdes
 nervaduras
ayer fueron.

Ya no veré brotar
las nuevas frondas,
cuando renazcan
 estaré muy lejos
y crujirá mi cuerpo
 cual las hojas,
cuando me pise
el tiempo.

Sólo percibiré desde
las sombras,
el aroma del cedro.

Dzunum

Viajando con tu Recuerdo
(Desde mi blanca Mérida)

Un amoroso beso,
una sonrisa,
un estremecimiento,
una mano lejana
que se agita,
un recuerdo.

Un recuerdo amor mío
que se grabó en el alma,
un recuerdo que endulza,
un recuerdo que amarga,
porque a cada momento
la distancia se alarga.

Parece que son siglos
los minutos que pasan.

Ya de mi ciudad blanca
no se distingue nada.

Ya no se ve la luna:
Entre las nubes negras,
se quedó aprisionada.

Las horas van pasando
como si fueran eras.
¡No sé si sobreviva
el tiempo que me espera!

El alba tabasqueña,
en mis cansados ojos,
se ha metido risueña
y el recuerdo profundo
que dejaste en el alma,
en momentos la endulza
y en momentos la amarga
y momento a momento,
la distancia se alarga,
quedando atrás la selva
con sus verde montaña.

Si pudieras saberlo,
¡Qué grande es mi nostalgia!

Voy cruzando el San Pedro
y su curso sereno,
(por los lirios fecundos
que lo están obstruyendo)
me tranquiliza el alma.

¡El paisaje es muy bello!
(como en la tarde aquélla
cuando cruzamos juntos
con destino a mi tierra)

Pero ahora, tan solo,
mi corazón padece
y busco inútilmente
la sombra de tus pasos
y tu recuerdo crece
y se funde en mi alma
y en momentos la endulza
y en momentos la amarga
y momento a momento,
la distancia se alarga.

El cielo está cerrado
y la noche ¡tan negra!
que el camino se mira
como estrecha vereda.

Los pequeños poblados
con sus calles desiertas,
reposan en silencio
mientras el alba llega.

No puedo resignarme
mujer del alma mía
a vivir sin mirarte.

Mi pasión es tan grande
que el corazón calcina
y en pedazos lo parte.

¡Qué largos son los días!
la distancia me abate:
el tedio en la mañana
y nostalgia de tarde,

la tristeza de noche 
tu ausencia insoportable.

He renunciado a todo
lo que de ti me aleja,
nada ni nadie importa
sólo tenerte cerca.

De regreso a mi tierra
cada instante que pasa
reduce más mi pena
y acorta la distancia.

Tu recuerdo se asoma
y me acaricia el alma
y momento a momento
mi corazón se calma.

  Dzunum


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